Escena III
(Dante está anotando algunos versos en su cuaderno, cuándo de repente entra en la sala el Conde de Lucca).
Duque de Lucca: Buenos días Dante. Ayer al terminar la velada, el rey me comentó que no se sentía muy satisfecho respecto al comportamiento que había tenido con usted, y me preguntó que si esta noche podrías volver a cenar en su palacio. Que opinas, ¿irás?.
Dante: Si, pienso que iré, muchas gracias por comunicármelo.
Duque de Lucca: de todas maneras, pienso que no deberías tomar muy en cuenta su comportamiento, en estos últimos días ha habido muchos robos y habrá tenido que estar muy atareado, además su hijo, últimamente le está pidiendo demasiados caprichos, y ya sabes el rey se lo concede todo. Deberá de estar muy confuso y atareado, pero bueno, yo sólo pienso que deberías hacer eso, tú ya haz lo que creas conveniente.
Dante: no se preocupe gran duque, no lo he tomado en cuenta, yo comprendo muy bien ya que yo también he pasado por situaciones muy similares. Es más, esta noche, cuándo cene en su palacio le comentaré que no se preocupe, que todas las personas tenemos errores. De todas maneras muchas gracias por sus grandes y sabios consejos.
Duque de Lucca: de nada Dante, sabes que en mí siempre tendrás un gran amigo al que pedir consejo en cualquier situación en la que no encuentres una salida. Bueno, me despido ya que tengo una reunión y voy a llegar tarde. Hasta luego Dante.
Dante: ¡ Adiós, adiós y muchas gracias por todo!
