Era
el primer día de diciembre, al día siguiente tres intrépidos
hombre se lanzarían en un cohete hacia la luna para investigarla,
Ardan, Nichol y Barbicane. Nadie consiguió dormir esa noche, todos
estaban muy nerviosos. Cerca de las siete de la mañana ya casi todas
las personas estaban allí, en Stone's Hill, de dónde saldría el
cohete, estaban los representantes de cada pueblo del mundo, se
hablaban todas las lenguas a la vez, y todos se codeaban con un
cierto aire primitivo.
Los
hombre llegaron y todos estallaron en gritos, se metieron en el
cohete llamado Columbia, y atornillaron la “puerta”. Cuando el
cohete salió estalló un gran ruido y salio un gran chorro de fuego
de detrás del cohete, solo unas pocas personas consiguieron ver el
cohete antes de que se perdiera entre las nubes.
No
supieron nada de Columbia hasta el día 22 de diciembre, Estados
Unidos llamó diciendo que habían visto el cohete exactamente a las
ocho y cuarenta y siete minutos de la tarde, pero no había llegado a
la Luna, solo había pasado muy cerca, ahora no sabían si el cohete
atraído por la fuerza de la Luna llegaría a ella y podrían
investigarla o se quedaría para siempre como satélite de la Luna,
por lo pronto solo sabían que solo había servido para llevar un
nuevo astro a el sistema solar.
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