victoria

viernes, 14 de diciembre de 2012

Una navidad muy especial


    

La noche de navidad, en el Portal de Belén las tres reinas magas intentaban pasar para entregar sus regalos al niño Jesús, el problema era que los tres reyes magos querían pasar primero:
  • ¡Eso no es justo! ¡Nostras hemos llegado antes, y tenemos derecho a pasar las primeras!- protestaba Baltasara.
  • ¡Nunca!¡Nosotros somos más importantes que vosotras!- Respondía Gaspar.
La cuestión es que todos querían pasar los primeros y no se aclaraban, y también entre los villancicos que estaban cantando los niños pues tampoco se entendían, los seis querían la paz pero como estaban en la puerta, el niño Jesús lo estaba escuchando todo y estaba llorando.

Entre el barullo de los dos grupos llegó una mujer:
  • ¡Alto, alto! ¿Qué pasa aquí?
  • Nada- dijo Melchora – ¡que nosotras hemos llegado antes y ellos quieren pasar primero!
  • ¿Esto es lo que importa la navidad a vosotros? ¿Los niños que se van a quedar sin ningún juguete porque ya no os da tiempo a repartirlos? ¿El polvorón que habéis tirado, aunque haya sido sin querer, por las discusiones? ¿El árbol de Navidad de la ciudad que no ha puesto porque no dejais trabajar a nadie con vuestros gritos? ¡Entrad todos juntos como buenas personas que sois y dadle los regalos al niño de una vez!
Todos l@s reyes mag@s entraron en el Portal de Belén avergonzados por su comportamiento y le dieron los regalos al niño.

Habían decidido que no discutirian más, a partir de ahora intentarían entenderse con palabras y no con gritos, porque habían estropeado un poquito la navidad, por que no daría tiempo a repartir los regalos, no habían puesto el árbol de navidad, y todo eso. Al final cuando terminaron de darle los regalos al niño y salieron del Portal de Belén vieron una cosa que les dejo totalmente asombrados, ¡el árbol de navidad estaba puesto y todo adornado todo, y había quedado muy bonito! Toda la gente de la ciudad había ayudado y en un abrir y cerrar de ojos habían puesto el árbol de navidad, pero un momento, se fijaron un poco más y... ¡también habían adornado toda la ciudad, parecia un milagro! Pero hay no acababa la cosa, a los seis reyes magos, juntos y con un poco, o más bien mucho de prisa, ¡consiguieron repartir todos los jueguetes a tiempo! Todo terminó con un final feliz y con nieve, empezáron a caer copitos de nieve justo después de que los reyes magos terminaran de repartir los regalos.

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